Una de las frases que escuchamos habitualmente es “No tengo tiempo”, o “Me hace falta más tiempo”. En la vorágine diaria que vivimos parece que el tiempo se ha vuelto un recurso bastante escaso en estos días.
Reflexionemos unos instantes sobre estas preguntas:
¿En qué estamos utilizando nuestro tiempo?
¿En qué estamos malgastando nuestro tiempo?¿A qué, quién o quiénes estamos dedicando nuestro tiempo?
En este momento, retornemos a las mismas interrogaciones, pero cambiando la palabra “tiempo” por la palabra “vida” y examinemos: ¿En qué estamos cambiando nuestra vida?, ¿En qué estamos derrochando nuestra vida?, ¿A qué, quién o quiénes estamos dedicando nuestra vida? tal vez podamos aprovechar este momento y regalarnos un tiempo para recapacitar… adoptar… proyectar… y emprender… a vivir un nuevo tiempo.
Diariamente, levantamos y elegimos como queremos comenzar el día. Para algunos, esto significa hacer un poco de oración, lectura o ejercicio antes de o iniciar la jornada laboral; para otros pasar tiempo con sus hijos, escuchar algún noticiero o ponerse al día con sus emails y otros pendientes; o simplemente cumpliendo nuestra agenda diaria.
Todas tenemos ocupaciones distintas, ya sean personales o profesionales, pero al final, ser positivo no es una cuestión de encontrar el equilibrio entre dos mundos, sino de saber como administrar nuestro tiempo en general, es decir, es momento de optimizar el día para balancear el trabajo y la vida.
Siendo bien honestos con nosotros mismos, la realidad es no medir las prioridades sino proyectar por anticipado estas prioridades para tener espacio de hacer lo que se quiere y necesita. Los negociantes deben apuntar a tener sus propósitos claros para optimizar su tiempo.
A continuación, te ofrecemos 10 tips muy útiles que podemos poner en práctica desde ahora mismo, que seguramente van a tener una huella favorable en el rendimiento de nuestro día a día.
- Durante llamadas en tu celular:
Debemos realízalas de forma productiva, concretar el asunto y lleva un registro del resultado de cada llamada.
Podemos beneficiarnos de un cuadro de actividades a realizar o de una agenda que te indica el cómo y cuándo de las actividades, ordenadas por prioridad, y actuar en secuencia productiva.
Debemos realizar nuestras actividades una a una, nunca debemos tener la atención en dos cosas a la vez, es mejor tenerlas en cuenta por orden de importancia.
Consideremos para nuestras reuniones:
- Diligencia
- Programación clara y concisa considerado el tiempo
- Manejar la reunión conforme a la agenda prestablecida
Debemos mantener cerca y en óptimas condiciones todas nuestras herramientas de trabajo, tanto manuales como de tecnología y un buen servicio de Internet.
Evitemos los distractores ¿Cómo?:
- Manteniéndonos alejado de las redes sociales.
- Asignando un horario para leer y contestar correos electrónicos.
- No permitir interrupciones cuando tenemos una actividad planificada.
Es importante no hundirnos en el mal hábito de aplazar labores importantes por actividades recreativas poco productivas, que nos parezcan más agradables y que en este tiempo son poco recomendables debido a la situación sanitaria actual.
En las primeras horas de trabajo aprovechemos a realizar las tareas que requieren mayor concentración, para ejecutarlas de forma más rápida y eficiente y así podremos continuar con las subsiguientes el resto del día; también debemos programar actividades del hogar y la familia.
Realizar actividad física y llevar una alimentación balanceada nos ayudará a estar activos y con energías. Que estar en casa no sea una excusa para cocinar únicamente postres, también podemos preparar recetas saludables.
Mantener un excelente equilibrio emocional y espiritual nos es indispensable para evitar caer en estrés y depresión.
“La mala noticia es que el tiempo vuela. La buena noticia es que tú eres el piloto”. Michael Altshuler